Apareció un amanecer rojo. Los zombis, sintiendo el acercamiento del día, se enojaron más. De repente, dos zombis se encontraron cerca de mí. Me quedé sin municiones y agarré la maza, de un golpe, corté la cabeza del primero y partí el hombro del segundo zombi. Ahora necesitas aún más fuerza para sobrevivir.


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