La llamada del vigilante de la vieja fábrica no me alertó. Trabajar como sheriff durante muchos años ya se acostumbró a varias rarezas. Y ahora el grito en el tubo sobre los terribles alienígenas que llegaron para apoderarse de la Tierra divertía más que asustaba. Pero aún tienes que ir a comprobarlo. Tomando un arma y yendo a la fábrica, no sabía lo que iba a ver.